ALTITUD: Pico Hornijo (1.258m)

DISTANCIA TOTAL: 20km

TIEMPO: 9h30 (teniendo en cuenta muchas paradas, comida y fotos)

DESNIVEL ACUMULADO: 1.300m

DIFICULTAD: El sendero discurre por terreno kárstico bastante incómodo de andar. El camino está señalizado pero en algunas zonas puede difuminarse ligeramente. El cresterío por la Sierra de Hornijo exige el uso de las manos en algunas trepadas y destrepadas cortas y fáciles. Según MIDE (3,3,4,4)

PUNTO DE COMIENZO: Riba

MAPA DE LA RUTA:

DESCRIPCIÓN: Aparcamos el coche al lado del cartel con la ruta a realizar: Hoyo Masayo. Caminamos muy brevemente por la carretera general y justo en el cartel de fin de población sale a la izquierda un ramal que sigue la dirección de la ruta. Posteriormente abandonaremos esta carretera cogiendo una pista que sale a mano izquierda y que se hace de hormigón en los tramos de más fuerte pendiente.

Pronto cogemos una cierta altura. Las vistas a la Sierra de Mullir empiezan a ser interesantes a nuestras espaldas. Por delante la pared caliza de Peñas Rocías se hace bien visible. Vamos pasando cerca de algunas praderías con algunas cabañas de piedra, que actualmente están, la mayoría, en desuso.

Pasamos por la Cerroja, lugar donde algún que otro mastín nos alertará de que no podemos invadir el terreno de pasto del ganado que está bajo sus órdenes. Vamos atravesando un precioso bosque, principalmente de hayas, que no impiden ver en sus claros las moles de Peñas Rocías, Peña Lavalle y el Porracolina.

El terreno es incómodo para andar pero las vistas van paliando el esfuerzo. Poco a poco vamos avanzando por una de las zonas kársticas más espectaculares de la zona oriental de Cantabria. También llama la atención que el camino, lleno de dolinas, torcas y lapiaces, discurre en buena medida labrado y armado sobre las rocas.

En algunos puntos las vistas son espectaculares.

Después de atravesar un terreno rompepiernas, con continuos subes y bajas, llegamos a la entrada del Hoyo Masayo; el Portillo del Hoyo. Un conjunto de hayas salpican la laderas de toda esta zona. Seguro que en Otoño este lugar debe de tener un colorido fantástico. Proseguimos el camino por este precioso bosque en el que destaca, aun estando en verano, su intenso color verde.

Por fin llegamos a uno de los reclamos de la ruta: el Hoyo Masayo. Sus dimensiones son increíbles. Esta enorme depresión de aproximadamente 1km de diámetro es el producto del modelado kárstico, donde la caliza es disuelta por la acción del agua. El camino bordea por la derecha el Hoyo en dirección a otro, el Salzoso.

Pero antes de llegar a él no perdemos detalles de lo que el bosque nos va ofreciendo: fauna y flora en perfecta sintonía. Mientras observamos las setas y los hongos en los árboles de toda la zona escuchamos el sonido del pito negro.

En algunos puntos, mientras seguimos ascendiendo, el bosque nos regala imágenes de postal.

Salimos definitivamente del bosque y dejamos a nuestras espaldas el Hoyo Masayo. E inmediatamente entramos de seguido en otro, el Salzoso, éste de menores dimensiones. El monte Buciero, al fondo del todo, se deja ver en la línea de costa. Seguimos progresando y pasamos una portilla.

Este Hoyo Salzoso está salpicado con algunas cabañas de piedra que le dan un toque bucólico y precioso. Ahora el sendero se convierte en pista que asciende hasta el Alto del Crucero, a 1.062m de altura. Justo antes de coronarlo dejamos la pista y giramos a la izquierda elevándonos por un terreno herboso, mucho más cómodo de lo que hemos "sufrido" hasta ahora.

El Hoyo Salzoso va quedando atrás y por delante emergen las cumbres de Peña Lusa y el Picón del Fraile. En esta aproximación que estamos haciendo a la cresta de la Sierra de Hornijo podremos ver numeroso ganado ovino, caprino, vacuno y caballar dependiendo de la época del año.

En esta imagen se puede ver un buen grupo de caballos con los Porrones de Peñas Rocías y la cumbre del Mortillano, todo un laberinto kárstico de enorme complejidad.

Debido a la presencia del numeroso ganado y, sobre todo, a la de sus cuidadores que no son otros que varios mastines, tenemos que variar el ataque a la cresta. En este caso son 5 perros custodiando un buen rebaño de ovejas y cabras. Nos vemos obligados a trepar algo más hacia el Este para ganar el cresterío de Peña Hornijo.

Los Mazos, el Grande y el Chico, nos vigilan mientras recorremos la airosa cresta en busca del punto más alto de esta sierra. Curiosamente en los mapas IGN el mojón de cumbres no está en este punto, sino en otro algo más bajo y más al Este.

Al principio la cresta es ancha y sin dificultad pero luego se va afilando algo, siendo necesario el uso puntual de las manos, trepando y destrepando, pero de manera sencilla.

Después de un rato, y sin casi darnos cuenta, nos topamos con el punto más alto de la sierra, el cual es el pico Hornijo con 1.258m de altura. Esto es según el mapa del Macizo del Alto Asón. Según el IGN esta cumbre la posiciona algo más al Este a 1.234m de altura. Es reconocible desde nuestra posición porque es visible su mojón de cumbres. Nosotros nos quedamos con el punto más alto y, por tanto, la cumbre del pico Hornijo.

Regresamos desandando el camino por esta airosa cresta. El día se ha cerrado bastante y amenaza algo de lluvia. Volviendo al Hoyo Salzoso nos fijamos en otras cabañas que salpican este entorno.

Para mí este hoyo, el Salzoso, es más fotogénico que el Masayo. Pero eso son gustos.

EL Monte Buciero, con las poblaciones de Santoña y Laredo, nos vuelve a saludar con la Sierra de Mullir a la izquierda.

De nuevo en el bosque volvemos a hacer trabajar a la cámara, pese al cansancio acumulado de la jornada.

Las Enguinzas también se ponen a tiro de cámara. Lo que sigue llamando la atención es el intenso color verde que lo inunda todo.

Un último adiós a las Peñas Rocías, casi omnipresentes en el día de hoy, antes de sumergirnos de nuevo en las cabañas de la Cerroja y acabar en Riba. Ha sido una ruta dura, sobre todo por el tipo de sendero y el desnivel acumulado, pero con unas magníficas vistas y variedad paisajística. Hasta luego Alto Asón.

AVISO: Es responsabilidad de cualquiera que realice las actividades aquí descritas el tomar las medidas de seguridad oportunas. Variables como la meteorología, la estación correspondiente, la altitud, el estado del terreno, y sobre todo la preparación física y técnica de cada uno, harán apropiadas o no la realización de dichas actividades. Los tiempos aquí descritos son meramente orientativos y corresponden exclusivamente a mi condición física. También habrá que tener en cuenta, si procediera, la legislación administrativa y ambiental del espacio donde se esté realizando la actividad ya que podría estar sujeta a ciertas restricciones. El desconocimiento de estas restricciones no exime del cumplimiento de las mismas.