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Canchas de Ojeda, Valdenievas, Alto Prieto y Párdigo Cimero

ALTITUD: Canchas de Ojeda (2.198 m), Valdenievas (2.014 m), Alto Prieto (2.032 m), Párdigo Cimero (1.846 m).

DISTANCIA TOTAL: 16,2km

TIEMPO: 6h30 (teniendo en cuenta muchas paradas y fotos)

DESNIVEL ACUMULADO: 1.020m

DIFICULTAD: Ninguna. Según MIDE (4,3,3,3)

PUNTO DE COMIENZO: Vidrieros

MAPA DE LA RUTA:

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DESCRIPCIÓN: Dejamos el coche en el pueblo de Vidrieros, prácticamente en el centro del mismo. El coche marca una temperatura  de -11ºC; un frío espantoso.

Salimos del centro del pueblo en dirección Oeste siguiendo el camino de tierra que se adentra en el Valle de Valdenievas y por el que discurre el arroyo del mismo nombre. Dejamos el ramal de la derecha para los valientes que intenten hoy el Curavacas. En estas condiciones el piolet, los crampones y una buena dosis de valentía son necesarias para acometer esta empresa de forma segura.

Al principio el camino es muy cómodo ya que va ascendiendo de forma muy suave por el valle, incluso en ocasiones perdiendo algo de cota en sucesivos "sube y baja". Al otro lado del arroyo de Valdenievas se puede observar la "cuerda" por donde volveremos de regreso. La cima principal del día, Canchas de Ojeda, comienza a vislumbrarse.

El Sol comienza a "calentar" algo mientras las zonas que transitamos a la sombra el frío es gélido. Buena prueba son las zonas con escarcha y hielo.

Al fondo comenzamos a ver el collado Valdenievas y a su izquierda la cima de Canchas de Ojeda.

Cruzamos un paso canadiense mientras no perdemos detalle del omnipresente Curavacas. Prácticamente la vamos a ver todo el día, lo cual es un regalo para nuestra vista.

Intentamos ir atentos a todo y nos fijamos que hasta los excrementos de lobo están también congelados; el frío es intenso.

Cruzamos 2 arroyos por sendos puentes. Tras el segundo hay de forma seguida un cruce en donde cogemos el ramal de la derecha. Hasta aquí la subida ha sido muy suave. A partir de este cruce la pista va describiendo una serie de "zetas" y gana altitud de forma más rápida.

Después de una continuada subida llegamos a la preciosa Majada de Piedrahita donde existe un coqueto refugio libre en muy buen estado de conservación. También hay una tenada donde se guardan las ovejas merinas y el ganado vacuno en época estival.

Después de un rato de descanso y deleite fotográfico proseguimos el camino por la pista que nos traído hasta aquí. Ya vemos el collado Valdenievas y la presencia de algo de nieve justo en la parte final, que en esta época es hielo. No traemos material por lo que tendremos que esquivarla como podamos. 

Hacia atrás vemos la Peña Santa de Lucía y el valle por el que hemos venido caminando. Gracias a la gran nitidez que tenemos hoy se aprecia perfectamente al fondo del todo el Sistema Ibérico.

La pista se va desdibujando poco a poco, cruza un arroyo y enfila de forma decidida la parte final del collado. La primera cumbre del día va quedando a nuestra izquierda y observamos que su cara norte está helada.

El agua fruto del deshielo de la nieve está completamente congelado, dando idea de las bajísimas temperaturas que debe sufrir esta zona por la noche. Conforme vamos llegando al collado las vistas son impresionantes.

Llegamos al collado Valdenievas y damos vista a la zona de Cardaño con el Pico las Lomas, las Agujas de Cardaño, el Tresprovincias y Peña Prieta.

Sin desmerecer la vista al Curavacas, la Curruquilla y la Hoya Continua. Montaña Palentina en estado puro.

Ya solo nos queda remontar la ladera Norte para alcanzar la gloria de la cima de Canchas de Ojeda, la cual está adornada con un gran hito de piedras.

Las vista son grandiosas hacia todos los lados, miremos donde miremos. El Pico Murcia, Peñas Malas, Lomas, Tresprovincias, Peña Prieta, etc.

Pero sin duda todas las miradas se las lleva la descomunal silueta del Espigüete. Se aprecia perfectamente toda la subida por la arista Este y por la cara Norte. Son ascensiones que requieren de algo de experiencia en montaña; sobre todo la Norte. Salvando las distancias parece el K2 de la Cordillera Cantábrica.

Una última mirada por el valle por el que hemos ascendido y, como no, al Curavacas y la Curruquilla.

Iniciamos el descenso por la cara Sur, la cual se encuentra limpia de nieve y hielo. La pendiente es muy acusada y completamente diferente por este lado si lo comparamos por la cara Norte. Además los primeros metros de descenso son incómodos ya que deberemos de luchar con un canchal de piedras; de ahí suponemos el nombre de la cima.

Llegamos al collado y las escobas hacen acto de presencia. Habrá que sortearlas como buenamente se pueda. Tampoco son muy espesas y altas y se transita sin demasiadas dificultades.

Del collado ganamos rápidamente la cima del Alto de Valdenievas. Desde aquí vemos muy bien la pared Sur de Canchas de Ojeda por la que hemos descendido.

No deja de impresionarnos la silueta del Espigüete. Descenso rápido al siguiente collado y rápida subida a la siguiente cima del día, la tercera. En esta ocasión es el Alto Prieto.

Una mirada atrás para ver las tres cimas conseguidas hasta el momento. Hacia adelante nos queda un plácido tránsito por toda la cuerda hasta Vidrieros.

Aunque no haremos del tirón el descenso. Habrá momentos para disfrutar de la espectacular montaña palentina y del Curavacas.

Pasamos por la cima de los Llanillos, según el mapa IGN. Se trata de una cima nada relevante. De vez en cuando y volviendo la vista atrás vemos la preciosa silueta del Espigüete que se levanta en el horizonte.

El camino es cómodo y aunque existen rodadas se puede transitar por donde uno quiera sin problema. Nos aproximamos a la quinta y ultima cima del día.

Estamos en otra cota modesta, el Párdigo Cimero. Lo más relevante es volver la vista atrás y ver como emerge el Espigüete, como el K2, al fondo.

Ahora transitamos por un amplio cortafuegos que ya no lo dejaremos casi hasta el pueblo. Antes veremos el embalse de Camporredondo con bastante agua. Seguimos descendiendo, aveces, por una fuerte pendiente y dejando a nuestra izquierda un frondoso bosque.

La forma del Curavacas va cambiando según nos aproximamos al pueblo y no sabría con cual de ellas me quedaría.
Últimos metros del cortafuegos. Este muere muy poco antes de llegar al pueblo. Para alcanzar la carretera tendremos que introducirnos brevemente en el bosque por un marcado sendero que lo atraviesa y nos deja a la entrada de Vidrieros. Fin de la ruta.

AVISO: Es responsabilidad de cualquiera que realice las actividades aquí descritas el tomar las medidas de seguridad oportunas. Variables como la meteorología, la estación correspondiente, la altitud, el estado del terreno, y sobre todo la preparación física y técnica de cada uno, harán apropiadas o no la realización de dichas actividades. Los tiempos aquí descritos son meramente orientativos y corresponden exclusivamente a mi condición física. También habrá que tener en cuenta, si procediera, la legislación administrativa y ambiental del espacio donde se esté realizando la actividad ya que podría estar sujeta a ciertas restricciones. El desconocimiento de estas restricciones no exime del cumplimiento de las mismas.

José Antonio González
Fotografía de paisaje del Norte de España

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