ALTITUD: Alcornón de Busmori (1.939m), El Miro (1.985m) y Fuenfría (1.975m)

DISTANCIA TOTAL: 14,5km

TIEMPO: 8h20 (teniendo en cuenta muchas paradas, comida y fotos)

DESNIVEL ACUMULADO: 1050m

DIFICULTAD: Ninguna. Según MIDE (4,3,3,4)

PUNTO DE COMIENZO: Collado San Antón. Unos 500m más hacia el Sur

MAPA DE LA RUTA:

Unos cientos de metros más al Sur, después de culminar el Collado de San Antón, aparcaremos el coche en el arcén. A mano derecha, dirección León, arranca una pista que se adentra en la montaña de forma clara. La cima del Bóveda quedará a nuestras espaldas.

En algunos momentos la pista se convierte en senda y viceversa. De una u otra manera el camino está marcado por hitos y es bastante evidente. También veremos bastante matorral bajo, como las molestas escobas, muy propio de esta parte de la cordillera. 

Después de pasar un buen trecho de fuerte pendiente parece que el matorral bajo empieza a desaparecer y encontramos el nacimiento del La Regeirona afluente del río Valdeprado. Todo ello en un entorno más rocoso del que veníamos transitando.

Poniendo la vista atrás observamos el pueblo de Cerredo, el Cuetu Arbás y el gigante de la zona como es el Cornón de Peñarrubia, ya en Somiedo.

En este momento tenemos ante nosotros una "pared" que custodia a las lagunas de Fasgueo. En nuestro caso, y debido a que había nieve y no estaba en buenas condiciones, tuvimos que alterar el camino hitado y buscar a la derecha un camino alternativo.

Como buenamente se pudo, una vez sorteada diferentes zonas con rocas y escobas, alcanzamos la cresta de la montaña dando vista al Alcornón de Busmori.

Observamos el valle de Degaña y el pueblo del mismo nombre. Por fin damos vista a las preciosas lagunas de Fasgueo que en esta ocasión se encuentran parcialmente congeladas y cubiertas de nieve.

La laguna a mayor altura es la que más se encuentra en estado de congelación. También es la que peor soporta el verano, llegando a secarse prácticamente al final de este período.

Después de un rato de deleite visual, que es de obligado cumplimiento, remontamos el sendero a la izquierda de la laguna superior buscando el Alto del Portillón, que será la primera de las cimas del día.

Unos metros antes del Alto del Portillón podemos ver la cresta que nos llevará al Miro y al Pozo Cheiroso, otra de las joyas de este lugar.

Hacemos cima en el Portillón, desde el que se ven muy bien las dos lagunas de Fasgueo. Descendemos la imperceptible pendiente para alcanzar el collado y, de forma rápida, la cumbre del Alcornón de Busmori o también llamado Alto del Bigardón.

Las vistas son inmejorables de esta zona de la cordillera desde las Ubiñas, la zona de Somiedo con el Cornón destacando, el Cuetu Arbás, el Caniellas, la sierra de Degaña, el sector del Teso Mular y la Moredina e incluso en días claros se puede ver Ponferrada.

El sector de Os Ancares se divisa muy bien destacando el Miravalles y el Cuiña.

Después de un rato abandonamos la cima y seguimos la cresta que nos llevará hasta el Miro. Alcanzamos el collado Coronxo y ya tenemos a la vista la parte final de la ascensión al Miro de Valdeprado.

La subida es sencilla y en poco tiempo alcanzamos la cima. Dejaremos a nuestra izquierda la esbelta silueta de la Peña Boquín que según el mapa IGN tiene 1m más de altura que el Miro.

De las vitas, las cuales son muy parecidas a las del Alcornón de Busmori, lo que realmente llama la atención son las aguas azul turquesa del Pozo Cheiroso.

En la cima encontramos el mojón del IGN, un buzón de cumbres y un pequeño belén que a estas alturas del año se conserva perfectamente. Si nos acercamos al extremo norte podremos ver la laguna Bermecha, de menor tamaño que el Cheiroso pero con la misma tonalidad de color de sus aguas.

Descendemos de la cima dirección Sur alcanzando el collado de la Bobia y continuamos el cordal hasta el pico Fuenfría. Desde su cumbre observamos todo el profundo valle que nos llevará hasta Valdeprado.

Por aquí la pendiente es más "amable" y el descenso al Pozo es bastante sencillo y cómodo. Las vistas en todo momento son preciosas.

Lo que nos sorprende son las dimensiones del Pozo Cheiroso. Desde arriba parecía una pequeña laguna y conforme nos vamos acercando a su orilla vamos cambiando de opinión. Incluso se intuye que tiene también mayor profundidad que las de Fasgueo que acabamos de visitar.

Un momento de meditación pues el lugar lo merece. Y es que el que quiera soledad absoluta se puede venir no solo a esta zona sino a esta parte occidental de la Cordillera Cantábrica. Solo encontramos una persona en todo el recorrido.

Vamos dejando el circo glaciar del Cheiroso a nuestras espaldas y descendemos cómodamente por un terreno despejado. Pero esto es el principio porque luego la senda se internará en un bosque de escobas que en algunos momentos pueden llegar a ser bastante altos y molestos.

Cruzaremos el arroyo en varias ocasiones. En algunas zonas se han habilitado algunos puentes de madera improvisados. El paisaje no decae en belleza combinando zonas más abiertas con tramos bastante cerrados por la vegetación. En todo caso la senda está más o menos marcada y se intuye el paso por entre la misma.

Seguimos descendiendo, y muy cerca ya del tramo final, el Miro de Susañe nos observa.

Por fin llegamos a la carretera de Valdeprado. Ahora nos quedan más o menos 3km de una suave subida hasta el Collado de San Antón que es donde dejamos el coche por la mañana. Este es el peor tramo del día ya que se suma el cansancio de la jornada y la monotonía de la carretera. A mitad de este trayecto pasaremos cerca de la braña de Susañe a la cual podremos acercarnos a ver sus casas de piedra.

Llegamos al coche cerrando esta espectacular circular por tierras astur-leonesas. No hemos visto Osos en el recorrido en esta ocasión pero sí que aseguramos que no es la primera vez que se avistan en este área.

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